sábado, 5 de marzo de 2011

ALQUITRAN

La melaza de pensamientos alquitranados,revueltos entre sensaciones simultáneas de vacío y saturación, han terminado por envenenar su sangre, logrando que la angustia se apodere de su ritmo cardiaco, acelerando de la misma manera su respiración y ahogándola en llanto, mientras se araña a piel con el gancho de uno de sus aretes.

Es demasiado para ella, es suficiente. Llora y teme volver a ése espacio mustio lleno de culpa, teme porque lo siente tan cerca como el ardor de sus antebrazos, lo reconoce; pero no lo quiere más.

¿Necesitará sentir dolor corporal para alcanzar a llenar el espacio del concepto de dolor que esto implica?, para castigarse por su presunta estupidez o para saber que aún puede racionalizar el dolor y no está loca?. Es tal su desesperación, que ya no es capaz de sentirse mínimamente segura de algo, ni de lo que pudo haber hecho hace unos días atrás, ha empezado a creer que su mente la traiciona y los pensamientos acerca de la debilidad mental que siempre ha creído tener, se preparan nuevamente para adueñarse de ella.

En ése momento se percibe tan enferma y desastrosa que cae en cuenta de que su vida es tan solo una broma de mal gusto y que todo terminará en la nada. En realidad nunca le importó vivir para algo, es más, siempre se ha dejado mecer por el viento o suerte y la estúpida culpa; culpa que ha hecho que continúe hasta ahora.

No espera nada, si muriera en éste instante, el día después de él o la semana que viene, en realidad no importaría mucho para ella, ya que cree no tener nada que perder en cuanto a futuro o cosas; piensa que extrañaría a su familia, amigos y a su perro, pero ¿perder? no, no pierde nada.

¿Es eso bueno? se pregunta, incluso en momentos en los que se ha sentido tranquila, la idea de dejar la vida no la ha angustiado, ¿Es bueno eso? se pregunta incesantemente, ¿pasará alguna vez? No sabe, ¿le importa realmente? supone que no, cierra los ojos y decide no pensar más en ello y deja de nuevo que el viento se la lleve.

¿Es una cobarde? ¿Un parásito, una sanguijuela? Tal vez si, se responde a si misma, recordando el devenir de los hechos en su vida. Vivir de restos y hacerse de restos; una rata. Y todo termina en una horrible pantomima patética, mangas largas y actitud de no pasa nada, porque nadie se merece ver o tener algo así cerca.

Finalmente piensa cómo es de intoxicante el dolor en entes autodestructivos; es uno contra uno mismo, lo peor es que el primero no hará nada para defenderse y el segundo, en realidad, se lo agradecerá matándolo.

AdA
02/11

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